La amenaza Trump

por | Feb 19, 2025 | De Puño y Letra | 0 Comentarios

En un mundo que se dirige a velocidad luz hacia la era de la inteligencia artificial, Donald Trump ejerce la presidencia de Estados Unidos de América reeditando algo semejante a la vieja política imperialista del gran garrote, de inicios del siglo XX.

Pero ¿cuál es la justificación utilizada por las corrientes “trumpistas” con el propósito de imponer por la fuerza en América y el mundo, las reglas de la doctrina MAGA?

Contra México, Trump esgrime no frenar las oleadas crecientes de migrantes y drogas hacia su país, especialmente de fentanilo, así como un “teórico abuso”, de transferencias económicas excesivas derivadas de la deficitaria balanza comercial de EUA, que quiere revertir amenazando con imponer aranceles arbitrarios a nuestras exportaciones, deportaciones masivas de migrantes y la calificación como terroristas a los cárteles de la droga que operan dentro de nuestras fronteras.

El presidente estadounidense ya impuso aranceles a nuestras exportaciones de acero y aluminio, así como otros de carácter general para diversos productos, que podrían entrar en vigor en el mes de marzo; con respecto a las deportaciones, se operan espectacularmente, pero en proporciones similares a las ocurridas en el pasado inmediato.

La situación de los cárteles de las drogas va cambiando ante su próxima identificación oficial como terroristas, que en los hechos ya les otorgan las autoridades de EUA.

Foto: Usuarios en redes sociales.

Hoy es evidente que la añeja y negligente tolerancia de los sucesivos gobiernos mexicanos y estadounidenses, les cobran a diario el precio de permitir el florecimiento de ilícitos flujos de personas, armas, drogas y ríos de dinero negro, con gran pérdida de vidas humanas y la acumulación ilícita de capitales, los cuales han activado un muy poderoso círculo vicioso de corrupción e impunidad a ambos lados de su frontera, con grave afectación de las sociedades de ambos países y trascendencia perjudicial al orden internacional.

Así como las autoridades mexicanas no pueden evadir su responsabilidad en el tráfico de personas o drogas hacia Estados Unidos, las de ese país mal pretenden disimular la suya, en haberse convertido en campo fértil para su distribución, venta al menudeo y amplio consumo, así como en armar a las bandas del crimen organizado que operan al sur de su frontera. Su responsabilidad es innegable.

Tampoco ninguno de estos gobiernos puede argumentar su inocencia, sobre como libremente circulan por sus economías las grandes ganancias derivadas de este tipo de delitos y por cuales medios milagrosos miles de millones de dólares se blanquean sin que sean detectados. ¿Como explican esto?

Foto: Marco Romero Silva.

Éste muy serio problema se ve poco probable arreglarlo en lo inmediato, ni con la más draconiana de las medidas, menos si la responsabilidad de los gobiernos de ambos países se pelotea como una arma de política populista para arrojar culpas a la parte contraria, en lugar de asumirla con un esfuerzo coordinado de ambos países, para emprender acciones viables dirigidas a la efectiva contención y superaciónde esas calamidades, que lesionanla vida pacífica y productiva a la que tienen derecho las sociedades mexicana y estadounidense.

Al igual que el mundo entero, los gobernantes de nuestro país vecino del norte saben bien que bombardear un laboratorio de fentanilo o ejecutar al jefe de un cartel de la droga en cualquier parte del globo terráqueo, aunque pudiera darles popularidad momentánea frente a sus votantes, ennada les asegura victoria alguna sobre estos grupos delictivos, ni disminuirles realmente su poder maligno, pues desmantelarlos requiere de acciones más complicadas que la idea de apretar en su contra el botón de un arma sofisticada o disparar un simple gatillo.

No es tandifícil comprender, que decomisar sus capitales sería miles de veces más efectivo.

Reconociendo la complejidad de estos temas, la comunidad internacional, México y EUA incluidos, han ratificado numerosas convenciones, acuerdos, protocolos y guías, como la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus Protocolos, donde se aborda la trata de mujeres y niños, la lucha contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, el tráfico y el transporte ilícitos de migrantes, así como la disposición, ocultamiento, disimulaciónoblanqueo de bienes y recursos provenientes de delitos graves, como los son la trata de personas, el narcotráfico, el terrorismo, o la corrupción.

Ese instrumento global también conocido como Convención de Palermo, impulsa la cooperación internacional para enfrentar a la delincuencia organizada, a fin de analizarla, determinar medidas conjuntas en su contra y disminuir los impactos de su criminalidad, sin necesidad de lanzar misiles, intervenir unilateralmente territorios ajenos, o perturbar en cualquiera otra forma la soberanía de los países firmantes, lo que en realidad está prohibido.

Lo que si auspicia esa convención, son los acuerdos vinculantes globales, regionales o bilaterales, para atacar eficazmente los mencionados males.

El cúmulo de medidas para contener esos delitos es muy amplio, por ejemplo: investigaciones conjuntas con acuerdos concertados incluso caso por caso; utilización de técnicas especiales de investigación, como vigilancia electrónica y operaciones encubiertas; protección de testigos, mitigación de penas por cooperación sustancial en la investigación; facilitación de información y elementos de prueba; reglamentación financiera para combatir el blanqueo de dinero, decomiso de productos del delito e indemnización de víctimas; medidas de extradición o aumento de su eficacia, etc. etc.

En realidad, las autoridades mexicanas y estadounidenses cuentan con todo un arsenal de instrumentos internacionales a su disposición, para incorporar los recursos que tengan la posibilidad de aportar a un combate eficaz del crimen organizado y rendir cuentas al respecto, más allá de declaraciones estridentes, politiquería transfronteriza o anticuadas amenazas imperialistas.

Mientras llegan los acuerdos y resultados que las sociedades de ambos países esperan, infortunadamente los nacionales de ambos países siguen pagando altos costos en vidas humanas. ¿Cuándo se detendrá esto y prevalecerá la razón, sobre el populismo y el exhibicionismo?

Las sociedades de ambos países esperan, más que ver cruzar misiles por encima del Río Bravo, o pleitos entre sus gobernantes, prontos acuerdos políticos para unir fuerzas contra el crimen organizado y sobre todo, frenar la lastimosa pérdida en vidas humanas a ambos lados de nuestras fronteras.

*MTRO. JOSÉ MARCO ROMERO SILVA. Abogado; Master en Compliance Fraude y Blanqueo; Especialista en Sistema de Responsabilidades de Servidores Públicos; Profesor en la Maestría de Contrataciones y Enajenaciones Públicas en el INAP.

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Lic. José Marco Romero Silva

specialista en Sistema de Responsabilidad de los Servidores Públicos por la U.N.A.M. Vicepresidente del Colegio de Especialistas en Responsabilidades de los Servidores Públicos y del Estado, A.C. Miembro observador de La Organización Mundial de Parlamentarios contra la Corrupción (Gobal Organization of Parlamentarians Against Corruption) Se desempeñó como Secretario Técnico de la Comisión Anticorrupción y Participación Ciudadana del Senado de la República.

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