Debido a este comportamiento, por supuesto que el virrey no contaba con la aceptación de los españoles y criollos del territorio, así que los líos de corrupción se convirtieron en una razón más para derrocar al gobierno español. Las noticias de que España había sido invadida por los franceses, de la abdicación a favor de José Bonaparte, y de que habían prosperado las denuncias por cargos de corrupción sobre Iturrigaray, fortalecieron la causa insurgente.