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Los tanques modulares de polipropileno permiten almacenar el agua de lluvia y descargarla gradualmente en la red de drenaje municipal, con el fin de evitar la saturación de las redes de desagüe

FOTO CORTESÍA DE MEXICHEMdrenaje

Cada año la temporada de lluvias ocasiona severos problemas en varios municipios del país, ya que las calles se inundan debido a que el drenaje no soporta la cantidad de agua que se precipita. Cuando el agua satura las redes y se desborda, no sólo ocasiona pérdidas patrimoniales a los ciudadanos, sino que también puede generar enfermedades que ponen en peligro la salud de las personas. Resolver un problema de este tipo puede resultar muy costoso para las autoridades. Para evitar este tipo de inconvenientes, los ayuntamientos pueden adquirir tanques modulares diseñados para captar el agua de lluvia en zonas bajas y descargarla posteriormente de manera controlada, evitando así la saturación de la infraestructura de desagüe.

RESISTENTES E HIGIÉNICOS

Alejandro Ortiz del Valle, responsable de la línea Water Management de la empresa Mexichem, refiere que esta solución genera hasta 25 por ciento de ahorro en su instalación en comparación con tanques tradicionales fabricados de concreto.

Dicha tecnología está fabricada con polipropileno, un mate- rial plástico inerte y que dura mucho más que el cemento, además de que no se agrieta y en él no se reproducen microorganismos que lo dañen a través del tiempo, por lo que su tiempo de vida puede oscilar entre 50 y 100 años.

Asimismo, por sus características químicas, dicho material no reacciona con ninguna sustancia, por lo que estos tanques son amigables con el medioambiente ya que el subsuelo no se ve afectado por ningún contaminante. Debido a sus características, estos contenedores también son conocidos como drenaje verde.

El directivo apunta que cada tanque mide 50 centímetros de ancho, un metro de largo y 39 centímetros de altura, y puede almacenar hasta 200 litros de agua. Refiere que muchos de los eventos trágicos que sucedieron en 2013 a causa de los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel pudieron haberse evitado si los municipios contaran con esta tecnología, ya que ayuda a mitigar los efectos de las fuertes lluvias.

LIBERACIÓN CONTROLADAdrenaje2

En cuanto a su funcionamiento, Alejandro Ortiz menciona que dichos cubos están conectados a rejillas de captación vial en alguna de las principales avenidas para recoger toda el agua de lluvia. Para evitar que el líquido se escape, los contenedores se sellan externamente con materiales geosintéticos.

Cuando deja de llover el agua se libera de manera controlada hacia el drenaje municipal, o hacia el subsuelo a través de una válvula o algún otro sistema que la desaloje paulatinamente.

El directivo menciona que los cubos no requieren trabajos de mantenimiento, aunque recomienda colocar algunos filtros que detengan los materiales sólidos que podrían dañar el funcionamiento de los módulos. Asimismo, explica que la instalación es muy sencilla, ya que sólo demora unas horas en comparación con los tanques de concreto, los cuales pueden tardar varias semanas en colocarse.

También comenta que cada bloque se une a otro a través de pequeños tubos que son colocados por el centro de las unida- des, como si fuera una especie de lego. Los contenedores se colocan a cuatro metros de profundidad debajo de avenidas sin ningún riesgo de que la estructura se desgaste o sufra daños por el peso de los automóviles, pues cada módulo soporta un peso de hasta 56 toneladas.

Asimismo, los cubos, cuya estructura es flexible, resisten una presión lateral de hasta siete toneladas, por lo que son resistentes a las fuerzas del subsuelo e incluso a sismos.

SOLUCIÓN FLEXIBLE

drenaje3Antes de implementar este tipo de solución, Alejandro Ortiz refiere que se debe realizar un estudio hídrico de la zona en la que se realizará este tipo de proyectos, con el cual se conocerán las características de las lluvias que caen en la región donde se instalarán, con el fin de determinar la cantidad de módulos necesarios y en qué lugares específicos del municipio se requieren.

Ortiz del Valle afirma que el agua contenida puede tener otros usos, ya que si los tanques se conectan con un sistema de filtración, el recurso se puede utilizar para riego o para alimentar fuentes. Incluso, con un tratamiento de filtración especializado, el agua puede ser potable.

Asimismo, si el agua almacenada no se destina a consumo humano se puede verter en ríos, lagos o estanques sin riesgo de contaminar los cuerpos de agua.

El municipio de Monterrey, Nuevo León, fue uno de  los  primeros en el país que instaló este tipo de soluciones. En esa ciudad hay dos tanques, uno con capacidad de 180 metros cúbicos y otro de 75 para mitigar los problemas que ocasionaban las fuertes lloviznas.

 

Diseña UNAM satélite atmosférico

 Investigadores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) diseñan un microsatélite para monitorear la contaminación atmosférica en ciudades de América Latina.

Con el apoyo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), el Centro de Alta Tecnología de dicha facultad desarrolló el prototipo del artefacto conocido como “Quetzal”, cuyo costo fue de 10 millones de dólares (mdd).

El microsatélite, de 50 centímetros de longitud y 50 de alto, será lanzado a una altitud entre 700 y 800 kilómetros, y colocado en órbita una vez que haya sido certificado por las instancias competentes.

En el proyecto participan 40 investigadores y estudiantes, quienes trabajan en estrecha colaboración con el MIT y la Agencia Espacial Mexicana (AEM).

Crean plantas con medicina

Expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), trabajan en el desarrollo de algunas proteínas en legumbres que pueden utilizarse como complemento de medicamentos para tratar trastornos metabólicos.

Los científicos proponen la producción de este tipo de proteínas mediante cultivos in vitro de células, tejidos o plantas que, en condiciones naturales, no contienen la información genética para la biosíntesis de compuestos capaces de complementar los tratamientos para algunas enfermedades.

Esta técnica permite que a partir de una célula vegetal se puedan obtener miles de plantas productoras de insulina, hormona del crecimiento o proteínas virales como las del virus del papiloma humano para curar o prevenir varios tipos de cáncer.

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