La actual administración emprende un programa enfocado a la población vulnerable, al mismo tiempo que abate el problema de la vivienda abandonada

 

Con el fin de incentivar el uso de la vivienda deshabitada, ofrecer garantías a los propietarios y arrendatarios, así como apoyar a personas de escasos recursos, el gobierno de Tlajomulco de Zúñiga implementó el programa de alquiler social Renta tu Casa, un proyecto pionero en México..

El problema

En el país hay alrededor de 4 millones de viviendas deshabitadas, siendo y destaca Tlajomulco de Zúñiga como el tercer municipio con mayor número de moradas en esta situación (68 mil 758, según el Inegi), sólo después de Tijuana (107 mil 191) y Ciudad Juárez (101 mil 967). De acuerdo con Gustavo Rivera Mendoza, Coordinador de Gestión Integral de la Ciudad, la desconfianza hacia los inquilinos es de los principales motivos por los que muchos propietarios prefieren no rentar sus viviendas en algunas zonas del municipio.

“Se identificó un perfil de propietarios, los cuales ya han terminado de pagar su crédito de interés social, o que mes con mes lo siguen pagando, no obstante, no estaban interesados en rentar sus viviendas por malas experiencias anteriores, ya sea porque los inquilinos anteriores no les pagaban renta o les vandalizaron la propiedad, por lo tanto la vivienda estaba sin usarse y generaba una percepción de inseguridad entre las personas que viven en estas zonas”, explica en entrevista.

Por su parte, Andrés Ampudia, Director de Vivienda del ayuntamiento, comparte que el fenómeno de la vivienda deshabitada es complejo y multifactorial. “Aún no identificamos la razón en nuestro municipio. Sin embargo, tenemos algunas pistas, una de ellas es la distancia a los centros de trabajo.”

Indica que en Tlajomulco, 55 por ciento de la población trabaja dentro del municipio, mientras que 19 por ciento se desplaza a Guadalajara y 13 por ciento a Zapopan. “Esto es un patrón común en todos los municipios periféricos. Por otro lado, el tiempo de traslado es importante: 66 por ciento de la población económicamente activa invierte cerca de una hora de trayecto entre su vivienda y el trabajo”, dice.

Por tales motivos, apunta, es necesario reforzar la conectividad a través de infraestructura vial y de transporte. “Como sabemos, esto es un tema en el que también interviene el estado y las agencias metropolitanas, por ello, colaboramos en conjunto con dichas instancias para trazar nuevas rutas de transporte, así como nuevas vialidades que conecten los desarrollos existentes. Además, estamos creando una estrategia para generar más fuentes de empleo cercanas a las zonas urbanas consolidadas.”

Cómo funciona

Gustavo Rivera explica que el programa tiene como objetivo captar la mayor cantidad de viviendas deshabitadas y en desuso con propietarios (personas físicas, morales, instituciones financieras), que adquirieron el inmueble como inversión y por diversos factores no están interesados en alquilarla en el libre mercado. “A diferencia de un esquema tradicional de alquiler, en el que el propietario gestiona y administra directamente con su inquilino, el ayuntamiento va a participar como mediador, gestor y aval de ambas partes. De tal manera, el dueño del inmueble realizará un contrato de alquiler con el ayuntamiento, el cual arrendará a uno de los hogares beneficiarios (previamente inscritos dentro del programa).”

Asimismo, apunta que esto genera un programa de doble beneficiario: la persona que pone en renta el inmueble a través de la garantía del pago y quien renta la vivienda a un costo asequible.

Este proceso de mediación y gestión busca generar mayor confianza y certidumbre a los propietarios, quienes tendrán ciertas ventajas por agregar su propiedad dentro del programa. Una de ellas, explica Rivera Mendoza, es que las personas que pongan a disposición su vivienda, podrán tener condonaciones en las multas de sus pagos prediales y de servicios, así como convenios de pagos parciales prorrateados.

Por otro lado, los inquilinos tendrán las mismas obligaciones y atribuciones que marca la ley, con el beneficio de pagar un precio accesible (30 por ciento de sus ingresos), siendo que el ayuntamiento completará el monto con un subsidio para el pago total de la renta del inmueble.

“Tenemos el objetivo de llegar a alquilar 200 viviendas para el primer año del programa. Sabemos que si lo vemos a escala municipal puede ser irrisorio el número de viviendas, sin embargo, creemos firmemente que a una escala humana, son 200 hogares a los que se está apoyando para tener mejores oportunidades, pensando que puede ser el inicio de la construcción de una mejor calidad de vida para ellos. Estas viviendas realmente se traducen en 400 familias beneficiadas”, apunta Andrés Ampudia.

Quién sí y quién no

Renta tu Casa está enfocado a grupos vulnerables, que por su situación socioeconómica no pueden hacer frente a un alquiler de mercado de forma accesible ni a una vivienda adecuada. “Los prioritarios son: adultos mayores, jefas de familia, familias con personas con discapacidad, víctimas de violencia de género o intrafamiliar y familias que tengan un ingreso menor a tres salarios mínimos”, explica Rivera Mendoza.

Para mantenerse dentro del programa Renta tu Casa, los beneficiarios deberán cumplir con los pagos mensuales de 350 pesos o realizar algún trabajo social en caso de no contar con los recursos para hacer frente a este gasto. Sin embargo, la familia beneficiaria deberá notificar al municipio los motivos por los que no le es posible pagar.

El municipio elaborará un catálogo de actividades que podrán realizar estas personas, por ejemplo, dar clases en centros culturales del municipio o que apoyen en otras labores de aspecto social. La intención es que los beneficiarios sean vecinos que aporten a la cohesión social de la zona en la que habitan.

A pesar de que en esta fase se considerará a las personas con mayor vulnerabilidad, en las próximas etapas de este programa piloto se buscará apoyar con menos subsidios a los arrendatarios, pero cumpliendo con el objetivo de habitar los inmuebles en desuso.

Además, el contrato de alquiler que celebren el inquilino y el titular de la vivienda podrá ser semestral o anual, con opción de renovarse hasta sumar máximo dos años, según sea el caso, siempre subordinado a la continuidad del programa y la suficiencia presupuestal.

Por otra parte, el Instituto para el Mejoramiento del Hábitat (Imhab) del municipio contrató un seguro contra riesgos a fin de proteger las viviendas beneficiarias y realizará el pago de la prima anual de la póliza de dicho seguro contra riesgos como incendios, explosiones, terremotos e hidrometeorológicos, además de la responsabilidad civil de daños a terceros. En tanto, e l ayuntamiento f inanciará de 5 mil a 30 mil pesos para la rehabilitación de la casa, donde la Dirección de Vivienda realizará un dictamen para establecer las prioridades a atender. Para que el titular de la vivienda pueda acceder al financiamiento, deberá ingresar su inmueble al programa por dos años. El 50 por ciento del financiamiento otorgado será subsidiado a fondo perdido por el Imhab, mientras que el restante será rebajado, mes con mes, del monto por pagar de alquiler de dicha vivienda.

Con el objetivo de realizar el programa, mismo que dio inicio el 8 de abril de este año (con la intención de que dure el resto de la actual administración), se analizaron esquemas utilizados con éxito en zonas de España, como Madrid y Barcelona. Sin embargo, debido a que se trata de realidades distintas, las autoridades locales adaptaron el modelo a la dinámica social y económica de Tlajomulco; aunque a nivel Latinoamérica no existe programa similar.

“En un inicio, lo más difícil para llevar a cabo este proyecto fueron los procesos internos para operar el programa (que ya han sido resueltos), ya que se tuvo que diseñar toda una ruta legal y administrativa para ponerlo en marcha”, indica Andrés Ampudia.

No obstante, agrega, el reto continuo es construir la confianza tanto de los grandes propietarios de vivienda, como de las personas interesadas en ser inquilinos del programa, esto con la intención de que pueda llegar a convertirse en una inmobiliaria social, con diferentes programas y esquemas de alquiler para lograr atender a diferentes sectores poblacionales y, a su vez, disminuir la percepción de inseguridad que producen dichas viviendas entre las personas que habitan cerca de éstas.

A %d blogueros les gusta esto: