Singladura / Crisis sobrepuestas

por | Ene 29, 2025 | De Puño y Letra | 0 Comentarios

@RoCienfuegos1

El reingreso de Donald Trump a la Casa Blanca, además de plantear una serie de graves incógnitas entre amplios sectores poblacionales de Estados Unidos -los migrantes claro y en primer lugar- sobre su propio futuro en ese país, abre un inmenso paréntesis repleto de interrogantes para el mundo en general y muy en particular para México, la nación que desafortunadamente pudiera resultar, si no la más, sí entre las más perjudicadas por las políticas -de alguna manera hay que llamarlas- medidas, caprichos, mitos y fantasmas de este delincuente impune, ahora con mucho poder y sedicentemente en nombre de la democracia.

Una cosa queda clara, los actuales no son tiempos propicios ni favorables para los demócratas ni mucho menos para la democracia en numerosos países. Crece en América Latina, Europa y Asia, la lista de naciones sometidas a sistemas políticos que se dicen democráticos y aún mucho más democráticos que los que los antecedieron, así y en los hechos estén resultando el fruto de una embestida perpetrada desde las entrañas de esquemas democráticos, precarios e insuficientes, cierto, aunque no únicamente. El caso de Estados Unidos, entre las democracias más consolidadas, deja ver que aún las democracias mejor pertrechadas, pueden involucionar o dar un brinco hacia atrás en una ruta a etapas que se creían superadas. 

No es una exageración y mucho menos una falsedad señalar que Trump, con sus furiosas y fanatizadas huestes pretendieron dar al traste con la democracia estadunidense el seis de enero de 2021 cuando irrumpieron en el Capitolio. Ese sólo hecho por sí mismo habría bastado para desechar las pretensiones de Trump de alcanzar un segundo periodo en la Casa Blanca, pero todo indica que la ciudadanía o los votantes siempre serán susceptibles de engaño, manipulación y, peor aún, blanco de merolicos expertos en el arte del embaucamiento redentor, y aún esperanzador. Bien lo sabemos en México, así haya briosos empeños para encubrirlo.

El seis de enero del 2021, Trump y sus hordas fracasaron en el intento de torpedear el ascenso al poder del demócrata Joe Biden, pero hicieron un grave daño a la institucionalidad del país, que abrió el avance de la agenda trumpiana.

Tampoco es falso que recién en enero de este año, Trump fue sujeto de una condena de “libertad incondicional” que no implicó cárcel ni multa pero que resultó altamente simbólica por ser esta la primera vez en que llegó a la Casa Blanca un delincuente convicto y por registrarse días antes de su investidura para un segundo mandato presidencial, ocurrida el 20 de enero conforme al calendario constitucional de Estados Unidos. Lamentable, pero sobre todo peligroso, que esto haya ocurrido. Inimaginable, así esto se camuflaje bajo una insignia democrática.

Las consecuencias para Estados Unidos, México y el mundo, se anuncian insospechadas, pero aún están lejos de conocerse, aun cuando sólo en unos cuantos días del segundo mandato de Trump hayan comenzado a resentirse debido a la velocidad que les está imprimiendo el inquilino de la Casa Blanca.

¿Qué viene en particular para México y cuáles podrían ser los impactos? Aún es incierto, pero no hay duda que acechan al país días, semanas, meses y varios años, al menos hasta enero de 2029, de alta complejidad.

Anunciados en su campaña, temas como la inmigración y la frontera, Trump ya comenzó a hacerse sentir con la expulsión de extranjeros indocumentados, muchos mexicanos, pero también de otras nacionalidades. Aun cuando las cifras iniciales de este proceso son todavía relativamente menores, Trump tiene prometido que su gobierno llevará a cabo la mayor deportación de la historia estadounidense.

Algunos estudios indican que Estados Unidos tiene en su territorio más de once millones de personas indocumentadas. Es cierto, hay estudiosos del fenómeno migratorio que han advertido la complejidad de una expulsión en masa de indocumentados, no sólo por los costos que impondría, pero nadie está seguro de que no habrá esa expulsión en masa, sin importar incluso los impactos para la economía estadunidense, en particular porque millones de indocumentados trabajan en el sector servicios, y aún de la agricultura y la comercialización de alimentos.

Un estudio recién citado por BBC News Mundo del Centro Pew, indica que los indocumentados suman alrededor del 17 por ciento de los trabajadores agrícolas y 13 por ciento en el sector de la construcción.

A esto se añaden las advertencias de Trump de seguir erigiendo el muro fronterizo para sellar la frontera con México, a donde recién envió unos mil 500 soldados.

Sigue latente la idea trumpiana de imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a las importaciones mexicanas en los días que siguen de febrero. Tampoco se conoce con una mediana precisión al menos el futuro del Tratado de Libre Comercio que vincula a México con sus dos vecinos del norte, y mucho menos qué pasará si el magnate del ladrillo decide con sus aliados políticos en el Congreso configurar una transgresión territorial y aún financiera en contra de México con apoyos militares y estratagemas económicas para castigar el crimen y el narcotráfico que atenazan a nuestro país con sospechosas complicidades hace más de un sexenio.

Ahora mismo, ciudadanos latinoamericanos en Estados Unidos temen por su futuro en ese país, vuelto con el retorno de Trump el escaparate de una crisis multifactorial anunciada, con repercusiones -insisto- apenas esbozadas, pero que se anticipan francamente catastróficas para el mundo, cada vez más irracional, absurdo, fanatizado y desigual. Esto al grado de aproximarse al umbral de una extinción, sino planeada, sí perfectamente posible y aún probable.

México, en tanto, con cabeza fría o sin ella, se mantiene a la expectativa en medio de una crisis también multifacética, pero casi perfectamente encubierta por una clase política predominante, abrumadora y cuya apuesta principal consiste en perdurar en el poder, así los problemas nacionales, que proliferan y bien conocemos, se agraven con el paso de los días, semanas y meses. Se sobreponen en consecuencia dos crisis, cuyos desenlaces estamos expectantes de ver.

@RoCienfuegos1

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Roberto Cienfuegos

Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Dirección Comercial. Su trabajo periodístico en México, América Latina, Europa y Asia ha sido publicado por McGraw-Hill, la revista colombiana Dinero, las agencias noticiosas Ansa (Italia), United Press International (UPI de Estados Unidos) Xinhua de China y Notimex de México, los diarios La Opinión de Los Angeles, Hoy y The Dallas Morning News.

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